La Inflación en Venezuela - Parte II

482362539Ya en el anterior artículo se esbozaba una definición (más o menos formal) para el fenómeno de la “inflación”, y asomábamos algunos efectos que ese evento tiene sobre el conjunto de la sociedad… por cierto, el efecto perverso que tiene la inflación sobre el bienestar de los ciudadanos es un fenómeno bastante controlado hoy día, bastante acotado, al estar la inflación en buena parte del orbe contenida y manejada para lograr pequeños incrementos en el nivel general de precios de la economía, que rondan un dígito bajo. Buena parte del planeta experimenta hoy, inflaciones entre el 1% y el 4,5%.

185111024Ahora, es muy fácil sufrirlo, pero como decía antes puede “costar” definirlo y entenderlo técnicamente. Sin embargo, la idea es hacer artículos sencillos para que, cualquier mortal que lo lea, pueda entender el mismo y pueda empezar a razonar sobre tal, a buscar la lógica detrás de este fenómeno, y (ojala) a lograr generar una mayor conciencia ciudadana para empezar a exigir a las autoridades gubernamentales mayor control sobre las variables claves de carácter macro que sirven como caldo de cultivo para un fenómeno tan detestable/despreciable como éste.

Hágase la idea que, usted parte de tener en mano un ingreso mensual constante de Bs. 1000 y que los precios de una canasta de bienes que usted consume por gustos y preferencias tienen un precio individual de Bs. 10, eso quiere decir que al final del mes usted con Bs. 1000 puede estar consumiendo una canasta de bienes que incluyen 100 artículos (Bs.1000 / Bs.10 ó ingreso mensual / precio de cada bien consumido).

Imagine ahora que parte con esa situación descrita previamente en Diciembre de un año “x”, pero que cada mes subsiguiente se va generando inflación sobre los precios de cada uno de los bienes y servicios de esa economía… digamos del 3,5% mensual. Cómo quedamos al final del año, como estamos en Diciembre del año “x+1”???

Esa persona que tiene un ingreso de Bs. 1000 estará experimentando en su entorno económico una inflación anual del 51,10% en el año “x+1”; eso es: Enero= +3,5%, Febrero= +3,5%, Marzo= +3,5%... Diciembre= +3,5%, lo que resulta en (1+0,035)ˆ12 = 51,10%.

El efecto es el siguiente:
  • En Enero del año “x+1” el individuo estará consumiendo una canasta de bienes compuesta de 96,61 artículos (Bs. 1000 / Bs. 10,35 x artículo, léase, el precio de cada bien y servicio en diciembre del año “x” era Bs. 10, ya en Enero del “x+1” el precio de cada bien y servicio es Bs. 10,35; precio inicial + inflación de enero = Bs. 10 * 1,035 = Bs. 10,35);
  • En Febrero del año “x+1”, ese mismo ciudadano estará consumiendo una canasta de bienes compuesta por 93,37 artículos (Bs.1000 / Bs.10,71… precios de febrero son Bs. 10 * 1,07122 = Bs.10 * (1,035)ˆ2 = Bs. 10 * 1,035 * 1,035);
  • Y así sucesivamente hasta llegar a Diciembre del año “x+1”, cuando el mismo individuo con su mismo ingreso de Bs. 1000 estará en capacidad de consumir una canasta de bienes compuesta por 66,18 artículos (Bs. 1000 / Bs.15,110 precio x artículo = Bs. 1000 / Bs. 10 * (1,035)ˆ12).
Por ello la frase -tan comúnmente esgrimida- de que la inflación posee el efecto perverso de socavar/minar/deteriorar el poder de compra del ciudadano.

Un agente/individuo que pudo partir de consumir en Dic del año “x” una canasta de bienes de 100 artículos, termina con su mismo ingreso un año después (Dic del año “x+1”) consumiendo una canasta de bienes de 66,18 artículos. El poder de compra de ese ingreso ha quedado minado.

Esa es la situación que viene experimentando Venezuela desde hace aproximadamente 30 años, cuando empezamos a experimentar niveles de inflación de dos dígitos, resultando por períodos en cifras preocupantes, y que se ha vuelto una característica “crónica” de nuestra economía.

Antes de eso (de 1984 para atrás), habíamos visto con mucha rareza experimentar inflación de dos dígitos, sólo en 1974 cuando se alcanzó la cifra de 11,8% y un período de tres años consecutivos (1979-1981) cuando la inflación anual fue de 20,4; 19,7 y 10,4 respectivamente.

165733986Sin embargo, la crisis de 1983 (caída en los ingresos petroleros por el orden del 30%, una fuga de capitales de USD 8.000 MM, la caída por supuesto en el nivel de reservas internacionales, que forzó a tener que instaurar un control de cambio, perdiendo libre convertibilidad de la moneda y tener que devaluar la moneda para tener una tasa de cambio que pasó de Bs. 4,30/$ a Bs.7,50/$) dislocó las variables fundamentales de nuestra economía, a pesar de que la inflación de ese año (de 1983) fue de 7,0%; pero en lo sucesivo sufriríamos las consecuencias de ese impase, tendríamos recurrencia en déficit fiscal, algunas otras crisis como las bancarias que no han hecho sino complicar aún más los escenarios y tener un control muy pobre sobre las variables claves.

Por cierto, sólo para quienes prestan atención a los cuentos gobierneros, durante el período de la Presidencia de Hugo Chávez, Venezuela experimentó siempre inflaciones de dos dígitos, siendo la inflación promedio de 24,30%, y siendo la más alta el 52,7% del año 2013, aunque él como mandatario no terminara gobernando ese año.

Para terminar de agregar perversión al tema, el dato de la inflación al día de hoy se ha convertido en una variable -prácticamente- “Secreto de Estado”, porque el Banco Central de Venezuela (BCV) ha venido haciendo publicaciones cada vez más distanciadas de los resultados en la materia, siendo que a Noviembre de 2014 conocemos la inflación del mes de Agosto del presente, señalando además que han cambiado las reglas de juego para intentar atenuar el impacto del incremento de precios de la economía al modificar la metodología e índice a seguir.

stk17813cteNo obstante, se vive a diario la locura de precios y es realmente preocupante el nulo reparo que pone el Gobierno Central en la impresión de dinero inorgánico (dinero sin respaldo) para financiar sus gastos corrientes… en el artículo anterior comentaba que la inflación es un fenómeno monetario, y en ese sentido la fuerza con la que se venga generando liquidez en el mercado con un dinero sin respaldo, va forzando los precios cada vez más, y por ello todo el desbarajuste que venimos experimentando en términos de inflación.

Sólo para que tengan una idea, las variaciones interanuales de la Liquidez Monetaria (M2) en Venezuela han venido dándose así:
  • M2 - Var 2001 vs 2000 = 4,25%
  • M2 – Var 2002 vs 2001 = 15,30%... y luego va saltando los siguientes años como sigue: 57,54%; 50,36%; 52,70%; 104,34%; 22,32%; 23%, 14,32%; 19,06%; 50,58%; 61%, hasta la Var 2013 vs 2012 del 69,69%.

Esto pega inmediatamente a la vista, cuando contemplas y comparas ello con las tasas de crecimiento de la economía venezolana, resultados (éstos últimos) por supuesto muchísimos más bajos, lo que da una idea de cómo viene imprimiéndose dinero en la economía para ir financiando a un Gobierno voraz, deficitario y permanentemente en campaña electoral.

La verdad sea dicha, Venezuela nunca hasta ahora ha vivido procesos de hiperinflación, que como su nombre lo asoma, son variaciones en el nivel general de precios y servicios de una economía muy altos, muy agudos, descontrolados, que suelen los economistas calificar a aquellos procesos en lo que una economía experimenta inflación del 100% o más durante tres o más años consecutivos, o cuando encontramos inflación de (por ejemplo) 50% al mes.

Sin embargo, el Gobierno pareciera estar con muy poca atención sobre su actuación en materia monetaria, considera nula su responsabilidad a la hora de generarse inflación en nuestra economía, pareciera tener muchísima ignorancia sobre estos temas, y pudiera estar jugando con una variable peligrosa desde todo punto de vista.

Los episodios al respecto han sido dramáticos donde quiera que se han vivido, y América Latina no ha escapado a ello. Por nombrar algunos ejemplos:
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  • Argentina vivió un período de inflación desbordada en 1989, cuando la inflación llegó al 3.080;
  • Bolivia lo experimentó en 1985, cuando la inflación de ese año llegó a ser del 11.750%;
  • Nicaragua lo sufrió amargamente en un período muy largo (1985-1991), teniendo su zenit en 1988 cuando la inflación en el país centroamericano llegó a ser de 10.205%.

El tema da para mucho, y daré ejemplos de lo dantesco que esto significa en un próximo artículo.


Sin duda, la situación exige que enmendemos el rumbo… 

RSHJ 

La Inflación en Venezuela...

Con una Venezuela sumida en el más profundo surrealismo -desde hace casi dos décadas- y ataviada de “controles” por doquier, que sólo se han ido acentuando en los últimos años sobre un aparato económico cada vez más empobrecido, desmantelado, desvencijado, y que han terminado generando -como la teoría económica lo predice- unas distorsiones enormes que culminan con efectos nocivos y perversos sobre toda la población y que hoy se materializan en la inflación y escasez más notables en la historia económica de Venezuela, al menos, en el último siglo, con la notable excepción de 1996 cuando la inflación llegó al 103%.

Sea quien sea que acude al mercado (usted, yo, mi madre, su esposa, su hermana, mi abuela) terminan aprendiendo, no desde el punto técnico/teórico, sino mediante la experimentación en carne propia lo que significa la inflación, porque el resultado del paseo por cualquier establecimiento en busca de un bien “x”, en caso de que lo consiga, termina con frases como:
  • ya el dinero no alcanza para nada”,
  • mira lo que cuesta esto hoy, y hace dos meses costaba…”,
  • el dinero se ha vuelto sal y agua”.
Y ciertamente, todas esas expresiones van encaminadas en la dirección correcta porque la inflación no es más que “el aumento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en una economía en un período de tiempo determinado”.

Es decir, si observamos el precio de un bien “X” en un período inicial de tiempo t=0 (léase, Xt0), y encontramos luego que ese mismo bien tiene para un período de tiempo subsiguiente un precio Xt1, donde Xt1 > Xt0, entonces sobre ese bien “X” se ha producido un incremento en el precio de adquisición que da alguna idea del fenómeno de inflación.

Vale comentar de entrada que (a grandes rasgos), los efectos de la inflación sobre una economía bien pueden ser:

Positivos (+) cuando su cuantía es pequeña, es moderada, donde la misma sirve para estimular el ciclo de producción, donde el Banco Central tienen además -al hacerle seguimiento al fenómeno- la política de ajustes de tasas de interés para evitar cualquier riesgo de recesión e incluso, fomentar con alguna política activa el financiamiento a proyectos de inversión que dinamicen el aparato mismo; ó

Negativos (-), cuando el dispararse los incrementos en el nivel general de precios de bienes y servicios, sencillamente, mermas el valor de la moneda en el tiempo, deterioras la capacidad de compra de cada unidad monetaria, desalientas el ahorro e incluso desalientas la inversión debido a toda la incertidumbre sobre el valor futuro del dinero.

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Es justo mencionar que, la inflación es -en líneas generales- una materia superada en casi la totalidad del planeta, siendo además uno de mis temas favoritos, y es por cierto un tema que posee características bien particulares para una economía como la nuestra, y que requeriría a mi juicio la expansión/masificación del conocimiento (al menos a grandes rasgos) de la materia para que nuestra población se haga más culta, entienda del fenómeno y exija, desde el análisis de los efectos del establecimiento de políticas públicas, los correctivos necesarios a un Gobierno Central que tiene “siempre” (aquí y en China) una responsabilidad directa en los niveles de inflación que experimentan y abaten a la población.

Es un asunto que aquí no deja de ser harto contradictorio por toda la verborrea que un gobierno, de modo bastante ignorante e irresponsable en la materia, ha venido generando en los últimos meses con su particular matriz de opinión de que son “otros” los responsables de la inflación que aquí venimos mal viviendo. Léase: El Gobierno asume que aquí su responsabilidad en esta materia es idénticamente igual a cero (0)...
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Para que entendamos el asunto, el fenómeno de la inflación -más allá de la existencia y responsabilidad cuasi exclusiva, como lo diría nuestro Gobierno, de seres perversos, estafadores, oligarcas que juegan con el poder del dinero y la existencia de mafias acapadoras y especuladoras- tiene su origen en elementos monetarios… es el fenómeno consecuencia de que en una economía -por decisiones erróneas entre Gobierno y Banco Central- se generen incrementos en la masa monetaria (dinero en circulación) más allá de las tasas de crecimiento propias del aparato económico, y que terminan generando impactos sobre toda la estructura de precios de bienes y servicios que circulan en el entorno económico más cercano, más próximo.

Es justo mencionar, antes de continuar, que en el mundo que concebimos desde los años 80’s del Siglo XX para acá, las cosas han cambiando sustancialmente, al encontrar hoy día que los Bancos Centrales resultan en entes/instituciones cada día más autónomos e independientes (por supuesto, notable la excepción del caso venezolano), y son ellos -en esos Estados Modernos- los responsables directos por los niveles de inflación que experimentan sus economías, toda vez que es ése el principal “objetivo” que persiguen formalmente (con sus matices, por supuesto).

Entonces, al encontrar el deslinde entre el resto de la estructura de Gobierno y los Bancos Centrales, se cortan de inmediato los incentivos para que los Gobiernos decidan “dedocráticamente” fabricar/producir/imprimir a sus anchas monedas y billetes, porque es además sólo el Banco Central quien está en capacidad de hacerlo.  

Esa cualidad de acuñar billetes y monedas se llama “señoreaje” y tiene la particularidad que, dejando de lado el reducido costo de imprimirlo, el mismo derecho a "producirlo" puede constituir para el emisor -Banco Centrales u organismos emisores- una fuente de ingresos.

Esto resulta muy importante a destacar porque, cuando no encuentras mayor separación entre Gobierno y Banco Central, éste último no poseer mayor autonomía e independencia, entonces pareciera que se está sólo está para complacer cualquier requerimiento de imprimir más y más moneda para buscar solventar los déficit que pueda enfrentar el Gobierno para, por ejemplo, enfrentar los pagos de nóminas o poder hacer frente a proyectos de inversión sin mayor directriz (les suena esto al financiamiento monetario que hace directamente BCV a PDVSA + Gobierno central desde hace algunos años, y cada vez con mayor intensidad)… siendo además, que quien recibe de primera mano el dinero recién creado está en capacidad de pagar y hacerse (adquirir) bienes y servicios antes que éstos experimenten nuevos saltos por causa de la inflación y sacando así provecho a una situación perversa por demás.

Nuestra situación en Venezuela, en términos de inflación (según BCV, aunque se tienen reservas sobre lo idóneo de las cifras oficiales para el caso de los últimos años) y de incrementos salariales generados por Decreto al 1° de Mayo para los últimos años es la siguiente:
2010 2011 2012 2013
Inflación Vzla 27,4 29 19,5 52,7
Incremento Salarial 25% 15% en Mayo + 10% en Sept 15% (May) + 10% (Sept) 20% (May) + 10% (Sept) + 5% (Nov)


171584520Es comprensible entonces encontrar que, siendo ésos los niveles de inflación que venimos experimentando, el dinero no alcance para nada y los ajustes en materia salarial que decreta el Gobierno no funcionan, no alcanzan para poder mantener el poder adquisitivo de quienes aquí trabajan.

Las malas políticas (monetarias y fiscales) nos han traído hasta aquí y por ello la inflación en Venezuela es, hoy día, la inflación más alta del mundo, sin llegar (aún) a hiperinflación, sin estar enfrentando ninguna guerra civil, sin estar enfrentando conflicto armado con otro país de manera formal con sus ejércitos regulares, etc.; pero sin duda es una situación dantesca.

Sólo para terminar, resulta alucinante ver cómo la inflación mensual que aquí venimos experimentando resulta ser la inflación que viven a lo largo de todo un año naciones amigas del mismo subcontinente, sin ir muy lejos, Colombia, Ecuador, Uruguay, Bolivia, entre otros. Algo entonces se está haciendo bien allí y muy mal aquí.

En otro artículo seguiré ahondando en el fenómeno que, desde todo punto de vista, es uno de los problemas estructurales de la economía venezolana a resolver si queremos encontrar una senda de crecimiento y bienestar óptima… 

Rafael Simón Hernández J.