Sobre las Políticas Industriales y los Sistemas Políticos


Por Rafael Simón Hernández

No pude resistir la tentación de escribir -al leer el artículo de mi compañera Mónica-una pequeña reflexión para el caso venezolano y la necesidad imperiosa de llevar adelante “verdaderas” políticas industriales que contribuyan a mejorar el panorama (nada envidiable) en el que se encuentra el país hoy día, desde el punto de vista de la producción y la generación de riquezas.

Podría empezar por comentar que, una “Política Industrial” no es más que un conjunto de acciones, emprendidas mayoritariamente desde y por la Administración Pública, y que tiene como principal objetivo aumentar la competitividad de la industria de un país o región.

Algunos historiadores comentan que, el origen de tales políticas se sitúa alrededor de los años ´30 del pasado siglo, como resultado de la necesidad de ubicar, desde los más altos niveles de gobierno, salidas a la crisis económica tanto por parte de los Estados Unidos como de Inglaterra en los años de la Gran Depresión.

Con políticas bien estructuradas, cohesionadas, estables y rigurosas, alcanzaron subsanar la depresión por la que atravesaba la economía norteamericana en esos años, y al final de la misma se encontraron con un entramado industrial muy fuerte y competitivo, entiendo por “competitividad” la capacidad de una organización para obtener y mantener “sistemáticamente” unas ventajas comparativas que le permitan alcanzar, sostener y mejorar una determinada posición en el entorno socioeconómico en que actúa.

A grandes rasgos, los “Objetivos Generales” de la Política Industrial están dirigidos a lograr: Equilibrio de la balanza de pagos, Incrementar la productividad y competitividad de la economía interna y por ende la competitividad del entramado industria de un país o región, Fomentar la actividad industrial y Reducir ciertos desequilibrios.

Sin embargo, la Venezuela de la primera década del presente siglo, se encuentra enmarañada en un proceso engorroso por demás en cuanto a la definición del sistema ó esquema “político” que ha de primar, y que constituirá -al final del proceso- la base/plataforma desde la cual se han de generar tales políticas (en caso de que alguna política se quiera constituir).

Siguiendo a Samuel Huntington (El Orden Político en las Sociedades de Cambio), un sistema político es “un conjunto formado por unas determinadas instituciones políticas, que tienen unas determinadas expresiones formales identificables en el régimen jurídico, en relación con un cierto nivel de participación que se manifiesta en conductas observables empíricamente y referidas al ejercicio del poder político por medio de las instituciones y los actos del gobierno”.

La historia económica ha dado demostraciones claras de cuál sistema ha dado resultados, ha demostrado que esquemas funcionan y cuáles no, cuáles esquemas han generado y mejorado la calidad de vida para el hombre y cuáles han quedado a medio camino, pero a pesar de ello, es ahí donde se libran duras batallas hoy día en nuestro espacio-país.

El que podamos producir más y mejor, el que podamos generar verdadera riqueza, el que podamos construir un aparato industrial robusto y diversificado dependerá de la definición y escogencia del sistema político a seguir, eso sí, habrá que recordar que la palabra clave para muchos aspectos de la vida cotidiana así como para llevar adelante procesos de producción pasan por contar con “incentivos”, y que estos están ligados en los aspectos productivos a las formas de propiedad…parece que hay “tarea para el hogar”!!!

No hay comentarios: