Venezuela, un país “rico”???


Por Rafael Simón Hernández

Con el último artículo elaborado, pensando en la compleja y difícil situación económica en la que se encuentra Venezuela hoy día (por no entrar en consideraciones de otros temas, dramáticamente importantes), me vino a la cabeza -una vez más- reflexionar sobre esa idea que nos ha hecho tanto daño, durante tantísimo tiempo, que refiere a que somos un país “enormemente” rico.

Para exponerlo de una manera sencilla/simple, la riqueza de un país la medimos por el Producto Interno Bruto (PIB) que él genera, que no es más el valor de todos los bienes y servicios finales producidos dentro de una nación en un año determinado.

El tamaño del PIB genera entonces, una idea bastante buena de dónde se encuentra un país en relación a otro, qué peso tiene un determinado país en el concierto de las naciones, determina en buena medida si un país es líder(es) -de lo que serán las tendencias y las sendas por las que habrá de transitar los negocios y la economía- o si se es, sencillamente, seguidor de los grandes.

A modo de resumen, encontramos que las primeras economías del mundo, ubicándolas por orden de importancia según el tamaño de sus productos internos brutos -en términos nominales- al 2008 están definidas por:

1° EEUU: U$ 14.002.2 billones (U$ 45.411 per cápita);
2° Japón: U$ 4.965.9 billones (U$ 38.851 per cápita);
3° China: U$ 3.710.6 billones (U$ 2.775 per cápita);
4° Alemania: U$ 3.682.2 billones (U$ 44.674 per cápita);
5° Francia: U$ 2.844.7 billones (U$ 46.004 per cápita);
6° Reino Unido: U$ 2.611.8 billones (U$ 42.988 per cápita);
7° Italia: U$ 2.270.4 billones (U$ 38.699 per cápita);
8° Rusia: U$ 1.713.0 billones (U$ 12.085 per cápita) y así sucesivamente.

Sólo por curiosidad, noten que el resultado exhibido por el primer lugar (USA), multiplica por casi tres veces los resultados exhibidos por su más cercano seguidor (Japón).

El caso de Venezuela es un caso muy particular, porque a pesar de que siempre se nos ha mentado permanentemente la frase de que somos inmensamente ricos, la verdad es que estamos muy lejos de figurar en algún momento cerca de los grandes.

Haré la reflexión para el día de hoy, tratando de vislumbrar o conocer que de cierto hay en que somos ricos o no; y para ello, haré uso de datos históricos en relación al nivel experimentado por nuestro PIB en el período 2000-2007, de los datos de población total de Venezuela según el INE (cifras oficiales), y a partir de ahí, con sencillos cálculos propios, desglosar nuestra nada agradable realidad. Los datos vienen dados a continuación:

Si tomamos, por ejemplo, los resultados del PIB-Venezuela para el año 2007 (U$ MM 186.300) y los dividimos por el total de población en Venezuela (esto es, como que se repartieran estos recursos de manera equitativa entre quienes hacemos vida en este país, y nos olvidamos de invertir para seguir produciendo, de generar nueva infraestructura y servicios, etc.) obtendríamos el PIB Per Cápita, que resulta en U$ 6.778,68. Ahora bien, si dividimos ese resultado entre los 12 meses del año, obtenemos una disponibilidad de recursos mensuales per cápita de U$ 564,89; pero para llevarlo aún a algo más cotidiano, si dividimos esto último entre los 30 días promedio por mes, obtenemos una disponibilidad de recursos diarios per cápita de U$ 18,83.

A todas estas, me vienen inevitablemente a la cabeza algunas sencillas interrogantes:
.- con estos recursos, es posible hacer una vida digna?;
.- es posible llevar una vida saludable?;
.- es posible “comer” adecuadamente?;
.- son estos recursos suficientes para poder satisfacer nuestras necesidades?

Si se quisiera llevar este pequeño ejercicio y reflexión a un plano más de calle, sería interesante llevar estos números a nuestra moneda de uso diario (nuestra moneda de uso oficial); pero eso sí, hacer esto podría colocarnos en una posición mucho más dura, mucho más difícil, toda vez que habría que empezar a introducir en el ejercicio los efectos “depredadores” que ejerce la inflación en nuestra moneda, teniendo que recordar además que Venezuela ostente -y no deberíamos sentir orgullo por ello- un puesto entre los 10 países con las mayores inflaciones del mundo.

Algunos lo colocan hoy día en la posición nueve (9) de ese detestable ranking, pero hasta hace poco tiempo estaba en el puesto número dos (2) por detrás de Zimbawe. Yo diría que estos son los “pequeños grandes” números que hay que tener presentes para entender nuestra posición…

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