Por Rafael Simón Hernández Jiménez
El mundo moderno, adentrado con muy pocos años en el Siglo XXI, le ha tocado experimentar una crisis económico-financiera de connotaciones brutales, con unos niveles de propagación increíbles -gracias aquí sí, al fenómeno de la “globalización”- y con secuelas aun por verse, sobre todo por lo que se presume estaría aun por descubrirse en los mercados financieros del continente asiático, que también fue alcanzado/invadido con aquellos famosos productos tóxicos que resultaron ser los “paquetitos hipotecarios sub-prime”, convertidos en sofisticados instrumentos del mundo de las finanzas.
Las heridas abiertas con esta crisis son evidentes, y han puesto a temblar a más de un gobierno………..muchas son las interrogantes aun, entre ellas: ¿a cuanto asciende realmente el volumen de productos financieros tóxicos?........¿cuál es su repartición exacta en el mundo?.......¿hacia dónde vamos?....... ¿cuál regulación nos protege?......¿es que existe regulación para estos instrumentos?.......¿cuál es la moneda que me permite proteger mi capital?, claro está, si existe alguna.....
Pero yendo un poco más allá, y en un esfuerzo presuroso por ubicar salidas a la crisis, valdría preguntarnos, cuál será el mecanismo que nos permitirá salir de esta crisis a nivel global, y con cuál mercado contamos.
La última interrogante, está puesta de manera intencional, porque creo que ahí resulta estar una piedra angular para la solución a este fenómeno…la razón?.......muy sencilla……….las crisis de connotaciones económicas y financieras que al mundo le habían tocado experimentar en -al menos- los últimos dos siglos, se habían solventado -básicamente- por disponer de “mercados”, que siendo suficientemente estimulados, habían tirado del “carro” de la economía mundial y han logrado superar estos escollos.
Siendo esa la historia “reciente”, muchos institutos y analistas de renombre, habían pensado que ese gran mercado que sería capaz de solventar esta situación actual -difícil por demás-, estaba en China, sin embargo, los reportes y noticias desde el gigante asiático en los últimos meses, hacen necesario el replanteo de estrategias para solventar esta situación, pues su mercado, de poco mas de 1.300 millones de habitantes, también se tambalea.
China, se ha constituido en los últimos años como un mercado muy potente, nadie duda de ello, pues basta solo en reparar en los números que ha generado su economía en las últimas décadas, en los volúmenes de producción alcanzados, en los niveles de inversión extranjera en ese territorio, en la demanda de productos que han volatilizado aun mas los precios de los bienes commodities, y la enorme masa de población que posee, ávida de adquirir/hacerse con determinados bienes y servicios, sobre todo, de aquella población ubicados en la zona costera al sur de China.
Este país es tal vez el único país en el mundo que había podido experimentar tasas de crecimiento en su Producto Interno Bruto (PIB), por encima del 10% interanual por espacio de más de dos (2) décadas, lo que lo convertía en el mercado a conquistar, en una gran motor del aparato económico mundial y en una gran esperanza para la salida a la actual crisis.
No obstante, la realidad que les ha tocado vivir recientemente narra otras cosas……..El crecimiento en el PIB experimentó para el cierre del 2008 una caída significativa, al compararlos con los resultados del año 2007, llegando a colocarlo entre 8% y 9% (una caída del producto de un 1% en un país como China pueden significar cientos de miles de millones de dólares menos, y eso tiene peso). A la par de todo esto, el gobierno chino ha empezado a reconocer dificultades, sobre todo asociados al tema del desempleo y al fenómeno de la deflación, dos grandes monstruos que pudieran ocasionar distorsiones de dimensiones considerables en su mercado interior.
Adicionalmente, se estima que las reservas internacionales del gigante asiático están contaminadas con los productos sub-prime en un 20% -aproximadamente-, lo que hace mella en los fondos disponibles para procurar el armado de planes estratégicos en procura de enmendar/revertir la situación.
La crisis esta aun pendiente de ubicar resolución, muy a pesar de la reciente cumbre del G-20, muy a pesar de los instrumentos desarrollados recientemente por la Administración Obama, los cuales parecieran haber tenido hasta ahora poco atractivo para el “mercado”; y con una Europa con intentos bufos por encontrar mecanismos sólidos y coordinados.
Esta será sin duda, una crisis para recordar y sacar grandes lecciones!!!
El mundo moderno, adentrado con muy pocos años en el Siglo XXI, le ha tocado experimentar una crisis económico-financiera de connotaciones brutales, con unos niveles de propagación increíbles -gracias aquí sí, al fenómeno de la “globalización”- y con secuelas aun por verse, sobre todo por lo que se presume estaría aun por descubrirse en los mercados financieros del continente asiático, que también fue alcanzado/invadido con aquellos famosos productos tóxicos que resultaron ser los “paquetitos hipotecarios sub-prime”, convertidos en sofisticados instrumentos del mundo de las finanzas.
Las heridas abiertas con esta crisis son evidentes, y han puesto a temblar a más de un gobierno………..muchas son las interrogantes aun, entre ellas: ¿a cuanto asciende realmente el volumen de productos financieros tóxicos?........¿cuál es su repartición exacta en el mundo?.......¿hacia dónde vamos?....... ¿cuál regulación nos protege?......¿es que existe regulación para estos instrumentos?.......¿cuál es la moneda que me permite proteger mi capital?, claro está, si existe alguna.....
Pero yendo un poco más allá, y en un esfuerzo presuroso por ubicar salidas a la crisis, valdría preguntarnos, cuál será el mecanismo que nos permitirá salir de esta crisis a nivel global, y con cuál mercado contamos.
La última interrogante, está puesta de manera intencional, porque creo que ahí resulta estar una piedra angular para la solución a este fenómeno…la razón?.......muy sencilla……….las crisis de connotaciones económicas y financieras que al mundo le habían tocado experimentar en -al menos- los últimos dos siglos, se habían solventado -básicamente- por disponer de “mercados”, que siendo suficientemente estimulados, habían tirado del “carro” de la economía mundial y han logrado superar estos escollos.
Siendo esa la historia “reciente”, muchos institutos y analistas de renombre, habían pensado que ese gran mercado que sería capaz de solventar esta situación actual -difícil por demás-, estaba en China, sin embargo, los reportes y noticias desde el gigante asiático en los últimos meses, hacen necesario el replanteo de estrategias para solventar esta situación, pues su mercado, de poco mas de 1.300 millones de habitantes, también se tambalea.
China, se ha constituido en los últimos años como un mercado muy potente, nadie duda de ello, pues basta solo en reparar en los números que ha generado su economía en las últimas décadas, en los volúmenes de producción alcanzados, en los niveles de inversión extranjera en ese territorio, en la demanda de productos que han volatilizado aun mas los precios de los bienes commodities, y la enorme masa de población que posee, ávida de adquirir/hacerse con determinados bienes y servicios, sobre todo, de aquella población ubicados en la zona costera al sur de China.
Este país es tal vez el único país en el mundo que había podido experimentar tasas de crecimiento en su Producto Interno Bruto (PIB), por encima del 10% interanual por espacio de más de dos (2) décadas, lo que lo convertía en el mercado a conquistar, en una gran motor del aparato económico mundial y en una gran esperanza para la salida a la actual crisis.
No obstante, la realidad que les ha tocado vivir recientemente narra otras cosas……..El crecimiento en el PIB experimentó para el cierre del 2008 una caída significativa, al compararlos con los resultados del año 2007, llegando a colocarlo entre 8% y 9% (una caída del producto de un 1% en un país como China pueden significar cientos de miles de millones de dólares menos, y eso tiene peso). A la par de todo esto, el gobierno chino ha empezado a reconocer dificultades, sobre todo asociados al tema del desempleo y al fenómeno de la deflación, dos grandes monstruos que pudieran ocasionar distorsiones de dimensiones considerables en su mercado interior.
Adicionalmente, se estima que las reservas internacionales del gigante asiático están contaminadas con los productos sub-prime en un 20% -aproximadamente-, lo que hace mella en los fondos disponibles para procurar el armado de planes estratégicos en procura de enmendar/revertir la situación.
La crisis esta aun pendiente de ubicar resolución, muy a pesar de la reciente cumbre del G-20, muy a pesar de los instrumentos desarrollados recientemente por la Administración Obama, los cuales parecieran haber tenido hasta ahora poco atractivo para el “mercado”; y con una Europa con intentos bufos por encontrar mecanismos sólidos y coordinados.
Esta será sin duda, una crisis para recordar y sacar grandes lecciones!!!
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