Por Rafael Simón Hernández
Por otro lado, más del 30% del consumo de gas en esta parte del globo es satisfecho, a través de gasoductos, por importaciones tanto de Rusia como del Norte de África, lo que hace pensar en tiempos difíciles, pues se espera que en el futuro se produzca un incremento de la dependencia hacia las importaciones.
La Unión Europea (UE) ha decidido, muy recientemente, ejecutar un pago de US$ 7.000 millones a Rusia para saldar la deuda que tendría Ucrania con los regentados por Moscú, y tratar de evitar así nuevos cierres a las llaves de los gasoductos que permiten el transporte del gas al continente europeo.
Se recordará que en enero de 2009, Rusia suspendió el envío de gas a Ucrania por una disputa sobre el precio de mismo, generando tensiones que afectaron severamente el suministro de este hidrocarburo a varios países de la UE en plena época invernal, un escenario que los europeos esperan evitar con el pago de estos US$ 7.000 millones.
Esta crisis también motivó a la UE a buscar una ruta alternativa por el mar Caspio para el suministro de gas, una perspectiva que, sin duda, ha molestado a Rusia. Como resultado de todo esto, se había venido trabajando en la UE en nuevas opciones para hacerse con este bien y como resultado a las diligencias y negociaciones, se firmó -hará poco menos de un mes- un Acuerdo entre líderes de la UE y Turquía, para construir el llamado gasoducto de Nabucco que pretende evitar el corte del suministro de gas ruso por desavenencias con los vecinos de Ucrania.
Este nuevo proyecto consistiría, en hacer pasar un enorme gasoducto desde el gas en el Mar Caspio y el Medio Oriente para luego cruzar Turquía, Bulgaria, Rumania y Hungría hasta llegar a en Austria.
Este nuevo proyecto consistiría, en hacer pasar un enorme gasoducto desde el gas en el Mar Caspio y el Medio Oriente para luego cruzar Turquía, Bulgaria, Rumania y Hungría hasta llegar a en Austria.
Analistas del sector estiman que, actualmente, Rusia suministra entre el 25-30% del gas que consume Europa, y precisamente el 80% de esa cuantía es transportada a través de Ucrania, lo que puede da una idea de lo delicado de la situación.
A pesar de haberse propiciado la firma del referido Acuerdo, existen aun numerosas interrogantes sobre el proyecto como: si resultará rentable desde el punto de vista económico-financiero?, quién pagará por los gasoductos? y desde dónde se espera extraer el gas en cuestión?, pues un acuerdo firmado también el mes pasado entre Rusia y Azerbaiyán levantan preguntas sobre cuánto gas quedará disponible para el proyecto Nabucco?
Un pequeño análisis de los “mercados regionales” da cuenta de, lo pequeño que resultan las reservas de gas natural en Europa (solo el 5% de los recursos globales).
Actualmente, el mercado europeo está marcado por cambios estructurales muy importantes que son el resultado del proceso de liberalización del sector energético, figurando como los principales países productores los Países Bajos, Noruega y el Reino Unido.
Por otro lado, más del 30% del consumo de gas en esta parte del globo es satisfecho, a través de gasoductos, por importaciones tanto de Rusia como del Norte de África, lo que hace pensar en tiempos difíciles, pues se espera que en el futuro se produzca un incremento de la dependencia hacia las importaciones.
La antigua Unión soviética poseía las mayores reservas mundiales probadas de gas natural, y Rusia es hoy día el segundo país productor de gas y el primer exportador del mismo. Antes de la disolución de la Unión Soviética, la mayor parte de este gas era exportado hacia Europa (del Este), desde entonces, Rusia continúa aprovisionando a Europa, aunque ha diversificado geográficamente sus exportaciones, pues más del 62% del volumen es exportado hacia zonas no tradicionales. La industria rusa de gas es un monopolio dominado por la sociedad Gazprom, que controla más del 95% de la producción.
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