Por Mónica Llerena H.
La noticia de que Google Inc. está nuevamente en la mira de las autoridades antimonopolio, no deja de capturar nuestra atención. En Julio 2008, el Departamento de Justicia (DOJ) de los Estados Unidos anunció la apertura de una investigación sobre el acuerdo publicitario entre Google – Yahoo, valorado en 800 millones de dólares para compartir ingresos provenientes de la publicidad "on-line".
El acuerdo permitiría a Google colocar publicidad en las páginas del competidor, posicionando a la empresa como un monopolio, cosa demasiado obvia para dejarla pasar por el DOJ. No obstante, el acuerdo fue disuelto en noviembre de 2008, cuando el Departamento les informara que si era implementado, las dos empresas absorberían el 90% o más del mercado relevante definido como “publicidad en Internet”, aumentando la posibilidad de disminuir la rivalidad entre las dos firmas, y por ende, se generaría un daño a la competencia.
Recientemente, fue noticia que el acuerdo firmado el año pasado con representantes de autores y editoriales, a fines de digitalizar y publicar en Google millones de libros en Estados Unidos (incluyendo aquellos cuyos derechos de autor sean desconocidos), será objeto de audiencia en una corte estadounidense. Asimismo, el pasado 7 de septiembre la Unión Europea llevó a cabo su propia audiencia para evaluar las implicaciones de un acuerdo que podría implementar un nuevo modelo de administración de derechos de autor de libros digitalizados en otras partes del mundo.
Como era de esperarse, los asistentes (libreros, editores, autores, etc.) a la audiencia europea manifestaron su incomodidad ante al acuerdo, especialmente por los temas relacionados a derechos de autor, censura e información clasificada o privada. También se dejaron escuchar los temores de que Google se convierta en el más grande vendedor de libros del planeta y sobre el poder monopolista que subyace en el acuerdo.
¿Qué es Google?
La marca Google se conoce por ser el motor de búsqueda en Internet más conocido del planeta, y por lo tanto, el más usado. En Julio del 2005, Google estaba tan solo 6 puntos porcentuales por encima de Yahoo como buscador, siendo su participación de mercado 36,5%, de acuerdo con datos de comScore.
Hoy en día, esta participación ha aumentado a 63%, 42 puntos porcentuales por encima de Yahoo. Otras fuentes señalan que los motores de búsqueda de Microsoft (MSN and Live.com) se encuentran en un lejano tercer lugar con una participación de alrededor 5.4%.
El negocio actual de Google se concentra en ser la interfaz para la colocación de publicidad sobre miles de empresas y sus productos. Cada vez que un cliente potencial realiza una búsqueda sobre cualquier tema, aparece en el lado noreste de la página información breve de algún producto relacionado con el tema o con el background de búsqueda del cliente, aumentando la posibilidad de que haga “click” en la publicidad. Cada click genera un ingreso para Google que la empresa que publicita debe pagar por alcanzar a ese consumidor potencial.
Pero si el acuerdo con los editores y autores de libros es visto con buenos ojos por las cortes en Estados Unidos y Europa (lo más probable es que el acuerdo se acepte si se realizan algunas modificaciones para satisfacer a la mayoría de los involucrados), otro potente negocio se desarrollaría. Recordemos que Google ha venido colgando libros en el portal desde el año 2005, estrategia que le ha servido para delinear lo que hoy molesta y agrada a tantos, llevar su poder creativo a niveles que otras empresas del mundo de Internet no han logrado alcanzar.
La defensa de Google
Ser objeto de investigaciones por parte de las autoridades antimonopolios y de demandas privadas, parece ser el precio que Google debe pagar por ser pionero. Tal como lo manifestó David Balto, quien fuera abogado del DOJ y de la Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos, se debe reconocer lo que Google ha alcanzado bajo su propio riesgo, estrategia que la ha llevado a lanzarse a crear una librería de dimensiones sin precedentes.
Esta librería traería tales beneficios a los consumidores que comparado con los costos de asumir que Google potencie su posición de dominio en este mercado, llevaría a las autoridades antimonopolio a pensarlo dos veces antes de negar rotundamente la venta online de los libros.
Lo que si parece aconsejable es que si Google se convirtiese en el único oferente con posición de dominio en el mercado de venta de libros online, se lleve a cabo un mecanismo de revisión de precios (precios de venta, de afiliación, etc.), a pesar de que el acuerdo establece que los precios de suscripción para instituciones (ej. universidades) deben ser lo suficientemente bajos para asegurar un amplio acceso a los libros digitalizados pero asegurando márgenes de ganancia para los propietarios de los derechos de autor.
Otro argumento para la defensa de Google y creo que el más sólido, es que si bien ostentara una posición de dominio en el mercado de publicidad en Internet, lo cual sería la base para predecir que la venta de libros catapultaría a la empresa como el buscador más popular y de mayor uso en el mundo, no hay garantía de que tal dominio dure en el largo plazo.
Si el mercado es contestable o disputado (de rápida entrada y de mínimos costos para los entrantes), se debe esperar dinamismo en la competencia, por lo cual cualquier posición de dominio trascendería, a menos que se adopten estrategias para mantenerse “legalmente” en dicha posición a través de innovaciones, riesgos y creatividad. Esto es lo que se puede esperar en los relacionados a Google, de rápida innovación tecnológica.
Por un buen rato Google se perfila como un blanco para críticas y aclamaciones por parte de consumidores, empresas y gobiernos. Hasta ahora la empresa no ha hecho nada comprobable -“legalmente” hablando- que atente contra la competencia o los derechos de los usuarios. Mientras tanto, seguimos atentos a como la empresa sigue abusando de su poder creativo para mostrarnos lo que se puede hacer en el negocio de Internet.
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