Recientemente, apenas
el jueves pasado (25/06/2020), Venezuela perdió una de las mentes más brillantes,
más preclaras, más fascinantes de su vida económica e intelectual: Asdrúbal Baptista.
Un hombre para el
cual el calificativo más idóneo, por parte de todos quienes le
conocieron a lo largo de su vida, siempre será de “gentleman”. Un hombre
extremadamente culto, cuidadoso, riguroso, meticuloso, con un léxico pulido,
esmerado, rico, agradable.
Baptista fue Economista,
Abogado, Profesor (en Venezuela y fuera de ella), Historiador y un pensador a
tiempo completo. Tenía la habilidad, como pocos, de poder aterrizar en sus clases
y ponencias asuntos altamente complejos que él podía transmitir con ideas muy
finas, muy claras, precisas, con un mensaje que encontraba puerto de llegada seguro
y siempre salir de allí haciéndote pensar.
Con él son ya
dos los economistas grado A+ que se nos van este año, en abril Emeterio Gómez y
ahora Asdrúbal. Vaya 2020!!!
Su obra escrita nos
queda, y es / será -para nuestro país- muy importante, porque Baptista fue de
esos seres que le metió la lupa a nuestras bases económicas y al asunto
petrolero como nadie. Esa obra -me atrevo a decir- no basta con leerla, la obligación
es releerla, porque a cada tanto terminas encontrando ideas para seguir analizando
y explotando (lo puedo decir con propiedad).
En Mayo 2014,
Prodavinci publicó una entrevista que le hiciera Ramón Pasquier y que considero
una verdadera joya (yo la disfruté desde el día 1 de publicada). Son apenas 18
minutos, en las que Pasquier le consulta por nuestra razón de ser como país,
respecto a nuestro acontecer como Estado montado / fundamentado en petróleo (mira
tú dónde estamos hoy y las ruinas que han quedado de nuestra industria); y en
ella Baptista lanza algunas ideas fundamentales, dejando -en brevísimos minutos-
preguntas abiertas de una profundidad absoluta, puesto que propone la reflexión
respecto a nuestra existencia, si somos un Estado, si somos una Nación, si
tenemos Riquezas, si tenemos Rentas y cómo nos apropiamos de ella, sobre
nuestra condición de pisatarios o habría que proponer la discusión sobre si
somos propietarios respecto al mar de petróleo sobre el que estamos montados.
Aquí les dejo
esa entrevista, no para que se rompan la cabeza con tantos frentes abiertos,
pero si para disfrutar de las palabras y la visual de un filósofo como
Baptista.
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